Sangre Encebollada: Un Plato Tradicional Lleno de Sabor y Nutrientes
La sangre encebollada es una receta con historia, un plato de aprovechamiento que ha alimentado a generaciones. Su sencillez contrasta con su sabor profundo y su valor nutricional, siendo una fuente importante de hierro. Aunque la idea de cocinar con sangre puede no ser familiar para todos, en muchas culturas es un ingrediente apreciado y utilizado en diversas preparaciones. La combinación de la sangre con la dulzura de la cebolla caramelizada y el toque aromático de las especias crea un plato reconfortante y lleno de carácter.
Esta receta te guiará paso a paso para preparar una sangre encebollada sabrosa y bien cocinada, resaltando su sabor único y su textura tierna.
Ingredientes:
- 500 g de sangre de cerdo (o de ternera), fresca y limpia
- 2 cebollas grandes
- 4 dientes de ajo
- 1 pimiento verde pequeño (opcional)
- 1 hoja de laurel
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- 1/2 cucharadita de comino molido
- Un chorrito de vinagre de vino (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra recién molida al gusto
- Pan para acompañar
Elaboración:
- Prepara la sangre: La sangre fresca suele venir líquida o ligeramente coagulada. Si está coagulada, puedes intentar deshacer los grumos con un tenedor suavemente. Algunas recetas sugieren escaldar la sangre brevemente en agua hirviendo con un poco de vinagre para ayudar a que se cocine mejor y evitar que quede gomosa. Sin embargo, asegúrate de no cocinarla demasiado en este paso. Córtala en trozos pequeños o tiras.
- Sofríe las verduras: Pela y corta las cebollas en juliana fina. Pela y lamina los ajos. Si usas pimiento verde, lávalo, retírale las semillas y córtalo en tiras finas.
- Cocina la cebolla: En una sartén grande, calienta un chorrito generoso de aceite de oliva a fuego medio-bajo. Añade la cebolla y cocina lentamente, removiendo de vez en cuando, hasta que esté transparente y empiece a caramelizarse, lo que puede llevar unos 20-30 minutos. Una cocción lenta es clave para que la cebolla aporte su dulzura.
- Añade el ajo y el pimiento (opcional): Cuando la cebolla esté casi caramelizada, añade los ajos laminados y el pimiento verde (si lo usas). Cocina durante unos minutos más, hasta que el ajo esté dorado y el pimiento tierno. Ten cuidado de no quemar el ajo.
- Incorpora la sangre: Sube un poco el fuego e añade la sangre troceada a la sartén. Remueve constantemente para que se cocine de manera uniforme y no se pegue al fondo. La sangre cambiará de color rápidamente.
- Añade las especias y el laurel: Agrega el pimentón dulce, el comino molido y la hoja de laurel a la sartén. Mezcla bien para que las especias se integren con la sangre y las verduras.
- Cocina a fuego lento: Reduce el fuego a bajo, tapa la sartén y cocina durante unos 10-15 minutos más, removiendo ocasionalmente. Prueba y sazona con sal y pimienta negra al gusto. Si lo deseas, puedes añadir un chorrito de vinagre de vino al final de la cocción para darle un toque de acidez.
- Sirve caliente: Retira la hoja de laurel. Sirve la sangre encebollada caliente, acompañada de pan para mojar en la sabrosa salsa. En algunas regiones se acompaña de patatas fritas o arroz blanco.
Consejos para una sangre encebollada deliciosa:
- Frescura de la sangre: Utiliza sangre fresca y de buena calidad. Si es congelada, descongélala completamente antes de cocinar.
- Cocción lenta de la cebolla: No apresures la cocción de la cebolla, ya que su dulzura es fundamental para el sabor del plato.
- Removido constante: Remueve la sangre mientras se cocina para evitar que se pegue y se cocine de manera uniforme.
- No sobrecocines la sangre: Cocinar la sangre en exceso puede hacer que quede dura y gomosa.
- Ajusta las especias: Adapta la cantidad de especias a tu gusto personal.
La sangre encebollada es un plato con carácter que ofrece una experiencia culinaria única. ¡Disfruta de esta receta tradicional!
