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Crujiente Delicia Casera: Croquetas de Jamón para Disfrutar

Las croquetas de jamón son una de las tapas más queridas y emblemáticas de la gastronomía española. Estas pequeñas delicias cremosas por dentro y crujientes por fuera son el resultado de una bechamel suave enriquecida con el sabor intenso y salado del jamón curado, todo ello rebozado y frito hasta obtener un dorado perfecto. Preparar croquetas de jamón caseras requiere un poco de paciencia y cariño, pero el resultado final, con ese corazón meloso que se deshace en la boca, bien merece la pena. Son perfectas para un aperitivo, una cena informal o incluso para sorprender a tus invitados.

Ingredientes:

 * 100 g de jamón serrano o jamón ibérico, picado finamente

 * 50 g de mantequilla

 * 50 g de harina de trigo

 * 500 ml de leche entera (puede ser templada)

 * 1/4 de cebolla pequeña, picada muy finamente (opcional)

 * Una pizca de nuez moscada

 * Sal (con precaución, ya que el jamón es salado)

 * Pimienta negra recién molida al gusto

 * 2 huevos grandes

 * Pan rallado fino

 * Aceite de oliva virgen extra para freír

Preparación:

 * Prepara la base de la bechamel: En una sartén a fuego medio, derrite la mantequilla. Si deseas añadir cebolla, sofríela en la mantequilla hasta que esté transparente y pochada antes de agregar la harina.

 * Haz la bechamel: Incorpora la harina a la mantequilla derretida y cocina durante un par de minutos, removiendo constantemente con una varilla. Esto crea un roux que ayudará a espesar la leche y evitará grumos.

 * Añade la leche: Vierte la leche templada poco a poco sobre el roux, sin dejar de remover con la varilla para evitar que se formen grumos. Continúa removiendo hasta que la bechamel espese y adquiera una textura suave y cremosa. Cocina a fuego bajo durante unos 10-15 minutos, removiendo ocasionalmente para que no se pegue al fondo.

 * Incorpora el jamón y los condimentos: Retira la sartén del fuego y añade el jamón picado a la bechamel. Mezcla bien para que se distribuya de manera uniforme. Sazona con una pizca de nuez moscada, sal (con precaución, prueba antes) y pimienta negra al gusto.

 * Enfría la masa: Vierte la masa de las croquetas en una fuente o bandeja poco profunda previamente engrasada o cubierta con papel film. Extiende la masa de manera uniforme y deja que se enfríe por completo a temperatura ambiente y luego en el refrigerador durante al menos 4 horas, o idealmente durante toda la noche. Una masa bien fría será más fácil de manipular.

 * Forma las croquetas: Una vez que la masa esté fría y firme, prepara tres platos: uno con harina (opcional, ayuda a que el huevo se adhiera mejor), otro con los huevos batidos y el tercero con pan rallado.

 * Reboza las croquetas: Toma porciones de masa con una cuchara o con las manos (puedes enharinarte ligeramente las manos para que no se pegue) y dales la forma deseada: ovalada, redonda o alargada. Pasa cada croqueta primero por harina (si la usas), luego por el huevo batido y finalmente por el pan rallado, asegurándote de que queden bien cubiertas.

 * Fríe las croquetas: Calienta abundante aceite de oliva virgen extra en una sartén profunda a fuego medio-alto. La temperatura ideal es alrededor de 180°C (350°F). Fríe las croquetas por tandas, sin sobrecargar la sartén, hasta que estén doradas y crujientes por todos lados. Esto tomará unos 2-3 minutos por tanda.

 * Escurre el exceso de aceite: Retira las croquetas con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

 * Sirve y disfruta: Sirve las croquetas de jamón calientes, solas o acompañadas de una ensalada fresca.

Consejos y Variaciones:

 * Utiliza un jamón de buena calidad para obtener un sabor más intenso y delicioso.

 * Puedes añadir un poco de leche caliente a la bechamel si queda demasiado espesa.

 * Para una textura más suave, puedes triturar ligeramente el jamón después de picarlo.

 * Si no vas a freír las croquetas inmediatamente, puedes guardarlas rebozadas en un recipiente hermético en el refrigerador durante un par de días o congelarlas. Para congelarlas, colócalas en una bandeja sin que se toquen y, una vez congeladas, transfiérelas a una bolsa hermética. Fríelas directamente congeladas, a fuego medio, durante unos minutos más hasta que estén doradas.

 * Experimenta añadiendo un poco de cebolla caramelizada o un toque de vino blanco a la bechamel para variar el sabor.

Las croquetas de jamón caseras son un bocado irresistible que siempre triunfa. Su cremosidad interior y su crujiente exterior, junto con el sabor inconfundible del jamón, las convierten en una verdadera joya de la cocina española. ¡Anímate a prepararlas y disfruta de esta deliciosa tradición en casa! ¡Buen provecho!

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