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Polenta Cremosa: Un Clásico Reconfortante

La polenta es un plato humilde y reconfortante originario del norte de Italia, elaborado a partir de harina de maíz. Su textura suave y cremosa, junto con su sabor neutro, la convierten en una base excelente para una gran variedad de ingredientes y preparaciones. Se puede servir caliente como acompañamiento cremoso o dejar enfriar para luego cortarla y cocinarla a la parrilla o frita. Esta receta te guiará para preparar una polenta cremosa y deliciosa.

Rinde: 4-6 porciones

Tiempo de preparación: 5 minutos

Tiempo de cocción: 20-30 minutos

Ingredientes:

 * 1 litro de agua o caldo de verduras/pollo

 * 250 gramos de harina de maíz para polenta (de cocción rápida o tradicional)

 * 50 gramos de mantequilla (opcional, para enriquecer el sabor)

 * 50 gramos de queso parmesano rallado (opcional, para un toque sabroso)

 * Sal al gusto

 * Pimienta negra molida al gusto

Instrucciones:

 * Calienta el líquido: En una olla grande y de fondo grueso, lleva a ebullición el agua o el caldo elegido junto con una pizca de sal. Si utilizas caldo, ten en cuenta que ya contendrá sal, así que pruébalo antes de añadir más.

 * Añade la harina de maíz: Una vez que el líquido esté hirviendo, reduce el fuego a bajo. Vierte la harina de maíz en forma de lluvia, poco a poco, mientras remueves constantemente con una cuchara de madera o unas varillas. Es importante remover continuamente durante este paso para evitar que se formen grumos.

 * Cocina la polenta: Continúa cocinando la polenta a fuego bajo, sin dejar de remover, durante el tiempo indicado en el paquete de la harina de maíz. La polenta de cocción rápida suele tardar unos 5-10 minutos, mientras que la tradicional puede requerir unos 20-30 minutos. Sabrás que está lista cuando se haya espesado y se separe de los lados de la olla al remover. La textura final debe ser suave y cremosa.

 * Enriquece el sabor (opcional): Una vez que la polenta esté cocida, retira la olla del fuego. Si lo deseas, añade la mantequilla en trozos y el queso parmesano rallado. Remueve vigorosamente hasta que se derritan y se integren por completo en la polenta, aportando un sabor más rico y una textura aún más cremosa.

 * Sazona: Prueba la polenta y sazona con sal y pimienta negra molida al gusto. Recuerda que el caldo y el queso parmesano ya contienen sal, así que ajusta la cantidad según sea necesario.

 * Sirve caliente: Sirve la polenta cremosa inmediatamente como acompañamiento de carnes estofadas, aves, setas salteadas o verduras asadas. También puedes disfrutarla sola, espolvoreada con un poco más de queso parmesano y un chorrito de aceite de oliva virgen extra.

Otras formas de disfrutar la polenta:

 * Polenta sólida: Vierte la polenta caliente en una bandeja o molde engrasado y déjala enfriar por completo hasta que esté firme. Luego, puedes cortarla en porciones, hacerla a la parrilla, freírla u hornearla.

 * Polenta horneada: Cubre la polenta cremosa con salsa de tomate, queso mozzarella y tus ingredientes favoritos, y hornéala hasta que el queso se derrita y burbujee.

¡Disfruta de esta versátil y deliciosa polenta! Su sencillez y sabor neutro la convierten en un lienzo culinario perfecto para acompañar una gran variedad de platos.

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