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Solomillo al Roquefort: Una Sinfonía de Sabores Intensos y Elegancia

El solomillo al roquefort es un plato que evoca sofisticación y deleita a los paladares amantes de los sabores potentes. La terneza del solomillo de ternera se une a la cremosidad y el toque picante y salado del queso roquefort en una salsa rica y envolvente. Esta receta, ideal para una ocasión especial, te guiará para crear un plato que impresionará a tus invitados y te transportará a una experiencia gastronómica memorable.

Ingredientes:

 * 2 medallones de solomillo de ternera de unos 200-250 gramos cada uno y unos 3-4 cm de grosor

 * 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra

 * 50 gramos de mantequilla sin sal

 * 1 chalota pequeña, picada finamente

 * 100 ml de vino blanco seco

 * 150 ml de nata líquida para cocinar (con al menos 30% de materia grasa)

 * 80-100 gramos de queso roquefort de buena calidad, desmenuzado

 * Sal y pimienta negra recién molida al gusto

 * Perejil fresco picado para decorar (opcional)

Preparación:

 * Prepara la carne: Seca bien los medallones de solomillo con papel de cocina. Sazona con sal y pimienta negra recién molida por ambos lados. Reserva.

 * Sofríe la chalota: En una sartén de fondo grueso a fuego medio, derrite la mitad de la mantequilla junto con el aceite de oliva. Cuando la mantequilla esté derretida y espumosa, añade la chalota picada y sofríe a fuego lento hasta que esté transparente y ligeramente dorada, unos 5-7 minutos.

 * Sella el solomillo: Sube el fuego de la sartén a medio-alto. Coloca los medallones de solomillo en la sartén y séllalos durante unos 2-3 minutos por cada lado para un punto medio-poco hecho. Si prefieres un punto de cocción diferente, ajusta el tiempo. Retira la carne de la sartén y reserva en un plato caliente.

 * Prepara la salsa al roquefort: Baja el fuego de la sartén a medio-bajo. Vierte el vino blanco seco en la sartén y deja que se evapore el alcohol durante un par de minutos, removiendo para recoger los jugos de la carne del fondo.

 * Incorpora la nata y el roquefort: Añade la nata líquida a la sartén y lleva a ebullición suave. Reduce el fuego y añade el queso roquefort desmenuzado. Remueve constantemente hasta que el queso se derrita por completo y la salsa quede suave y homogénea. Prueba la salsa y ajusta de sal si es necesario (ten en cuenta que el roquefort ya es salado). Si quieres una salsa más espesa, puedes dejarla reducir a fuego lento durante unos minutos más.

 * Finaliza la salsa: Incorpora el resto de la mantequilla a la salsa de roquefort y remueve hasta que se derrita y la salsa adquiera un brillo sedoso.

 * Sirve: Coloca los medallones de solomillo en platos individuales. Vierte generosamente la salsa al roquefort por encima de la carne, asegurándote de que quede bien cubierta. Decora con perejil fresco picado si lo deseas para darle un toque de color.

Consejos y Variaciones:

 * Para un sabor más complejo, puedes añadir una pizca de nuez moscada a la salsa al roquefort.

 * Si no tienes vino blanco seco, puedes usar caldo de carne en su lugar, aunque el sabor será ligeramente diferente.

 * Puedes acompañar el solomillo al roquefort con patatas gratinadas, puré de patatas, espinacas salteadas o una ensalada de hojas verdes con nueces.

 * Para una presentación más elegante, puedes reducir la salsa hasta que tenga una consistencia más espesa y brillante. También puedes utilizar un aro de emplatar para darle forma al puré o la guarnición.

¡Disfruta de este exquisito solomillo al roquefort! Su combinación de sabores te encantará. ¿Te gustaría ver una imagen de cómo queda este plato?

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