Sabor Intenso y Aroma Tentador: Alitas de Pollo al Ajillo Caseras

Las alitas de pollo al ajillo son un clásico irresistible que triunfa en cualquier ocasión, desde una cena informal hasta una reunión con amigos. Su piel crujiente y dorada, impregnada del aroma inconfundible del ajo y el toque sutil del vino blanco, las convierte en un bocado adictivo y lleno de sabor. Esta receta, sencilla de preparar y con ingredientes básicos que solemos tener en casa, es una manera deliciosa de disfrutar de las alitas de pollo, ya sea como aperitivo, tapa o incluso como plato principal acompañado de una ensalada fresca o unas patatas fritas.
Ingredientes:
* 1 kg de alitas de pollo, limpias y partidas por la mitad (muslitos y alitas)
* 6-8 dientes de ajo, laminados
* 100 ml de vino blanco seco
* 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
* 1 cucharadita de pimentón dulce (opcional)
* Una pizca de pimentón picante (opcional, al gusto)
* Unas ramitas de perejil fresco picado
* Sal y pimienta negra recién molida al gusto
Preparación:
* Prepara las alitas: Lava bien las alitas de pollo bajo agua fría y sécalas cuidadosamente con papel de cocina. Esto ayudará a que la piel quede más crujiente al freír. Si lo prefieres, puedes partirlas por la articulación para que sean más fáciles de cocinar y comer.
* Sofríe el ajo: En una sartén grande o cazuela ancha, calienta el aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Agrega los dientes de ajo laminados y sofríe lentamente hasta que estén dorados y fragantes, teniendo cuidado de que no se quemen, ya que amargarían el aceite.
* Dora las alitas: Sube un poco el fuego y añade las alitas de pollo a la sartén. Dóralas por todos lados hasta que adquieran un bonito color dorado. Esto tomará unos 8-10 minutos.
* Añade el vino blanco: Una vez que las alitas estén doradas, vierte el vino blanco en la sartén. Deja que hierva a fuego alto durante un par de minutos para que se evapore el alcohol y se concentren los sabores.
* Incorpora el pimentón: Reduce el fuego a medio-bajo y espolvorea el pimentón dulce y, si lo deseas, una pizca de pimentón picante sobre las alitas. Remueve para que se integren bien con el aceite y el vino.
* Cocina a fuego lento: Tapa la sartén y cocina las alitas a fuego lento durante unos 20-25 minutos, o hasta que estén tiernas por dentro y la salsa haya espesado ligeramente. Remueve de vez en cuando para que no se peguen y se cocinen de manera uniforme. Si la salsa se reduce demasiado, puedes añadir un poco de agua o caldo de pollo.
* Sazona y termina: Retira la tapa y sube un poco el fuego si quieres que la salsa se reduzca más. Prueba las alitas y sazona con sal y pimienta negra recién molida al gusto. Espolvorea con perejil fresco picado justo antes de servir.
* Sirve y disfruta: Sirve las alitas de pollo al ajillo calientes, acompañadas de la deliciosa salsa de ajo. Son perfectas para disfrutar solas, con pan para mojar en la salsa, o como parte de una comida más completa.
Consejos y Variaciones:
* Para un sabor más intenso a ajo, puedes machacar algunos dientes de ajo en lugar de laminarlos.
* Si no tienes vino blanco, puedes sustituirlo por caldo de pollo o simplemente agua, aunque el vino aporta un toque de acidez y sabor característico.
* Puedes añadir otras hierbas aromáticas como romero o tomillo junto con el perejil para darle un toque diferente.
* Para un toque picante adicional, puedes añadir una guindilla cayena entera o unas gotas de salsa picante al sofrito de ajo.
* Si prefieres las alitas más crujientes, puedes terminarlas bajo el grill del horno durante unos minutos después de cocinarlas en la sartén.
Las alitas de pollo al ajillo son una receta sencilla pero llena de sabor que siempre es un éxito. El aroma del ajo sofrito inundando la cocina es solo el preludio del delicioso bocado que espera. ¡Anímate a preparar estas alitas y disfruta de un plato clásico con un toque casero! ¡Buen provecho!