Perdices Estofadas: Un Tesoro Cinegético Lleno de Sabor
Las perdices estofadas son un plato que evoca los sabores de la tierra y la tradición de la caza. La carne tierna y sabrosa de la perdiz, cocinada lentamente en un guiso aromático con verduras, hierbas y a menudo un toque de vino, resulta en un plato reconfortante y lleno de matices. Aunque existen diversas variaciones regionales, la esencia de este plato radica en la cocción lenta que permite que los sabores se desarrollen y la carne se ablande.

Esta receta te guiará paso a paso para que puedas disfrutar en casa de este manjar cinegético, perfecto para una ocasión especial o para saborear los auténticos sabores de la cocina tradicional española.
Ingredientes (para 4 personas):
- 2 perdices rojas
- 1 cebolla grande
- 2 zanahorias
- 2 dientes de ajo
- 1 pimiento verde
- 1 tomate maduro
- 1 vaso de vino tinto
- Caldo de ave (aproximadamente 250 ml)
- Aceite de oliva virgen extra
- Harina (para rebozar ligeramente las perdices)
- Sal
- Pimienta negra
- Laurel (1 hoja)
- Tomillo seco
- Romero seco
- Unas hebras de azafrán (opcional)
Preparación:
* Preparación de las perdices: Limpia bien las perdices, retirando cualquier resto de plumas o menudillos. Salpimienta las perdices por dentro y por fuera. Enharina ligeramente las perdices, sacudiendo el exceso de harina.
* Sofrito de las verduras: Pela y pica la cebolla en juliana fina. Pela y corta las zanahorias en rodajas. Pela y lamina los dientes de ajo. Lava, retira las semillas y corta el pimiento verde en trozos. Ralla o pica finamente el tomate.
* Dorar las perdices: En una cazuela de barro o una olla de fondo grueso, calienta un buen chorro de aceite de oliva virgen extra a fuego medio-alto. Dora las perdices por todos lados hasta que estén bien selladas y adquieran un color dorado. Retira las perdices de la cazuela y reserva.
* Sofrito de las verduras: En la misma cazuela, añade un poco más de aceite si es necesario y sofríe la cebolla a fuego medio hasta que esté transparente y pochada, unos 8-10 minutos. Añade el ajo laminado y cocina durante un par de minutos más, con cuidado de que no se queme. Incorpora las zanahorias y el pimiento verde y sofríe durante unos 5 minutos más, hasta que estén ligeramente tiernos.
* Añadir el tomate y las hierbas: Agrega el tomate rallado o picado a la cazuela y sofríe durante unos minutos más, hasta que pierda el agua y se concentre el sabor. Incorpora la hoja de laurel, una pizca de tomillo y una pizca de romero. Si utilizas azafrán, tuesta ligeramente las hebras en una sartén seca y añádelas al sofrito.
* Incorporar las perdices y el vino: Vuelve a colocar las perdices doradas en la cazuela. Vierte el vino tinto y deja que se evapore el alcohol durante unos minutos a fuego medio-alto, removiendo para que se impregnen los sabores.
* Añadir el caldo y estofar: Vierte el caldo de ave en la cazuela hasta que las perdices estén casi cubiertas. Lleva a ebullición, luego reduce el fuego a bajo, tapa la cazuela y cocina a fuego lento durante al menos 1 hora y media, o hasta que las perdices estén muy tiernas y la carne se separe fácilmente del hueso. Si la salsa espesa demasiado, puedes añadir un poco más de caldo.
* Reposar y servir: Una vez que las perdices estén estofadas, retira del fuego y deja reposar el guiso durante unos minutos antes de servir. Esto ayudará a que los sabores se asienten. Sirve las perdices enteras o troceadas, acompañadas de la salsa y, si lo deseas, de unas patatas fritas o puré de patatas.
Un toque tradicional:
Algunas recetas incluyen unas setas o champiñones al final de la cocción para enriquecer aún más el sabor del guiso. También es común añadir unas almendras tostadas y picadas a la salsa para darle un toque crujiente.
Las perdices estofadas son un plato lleno de sabor y tradición, perfecto para disfrutar de la riqueza de la cocina cinegética española. ¡Buen provecho! ¿Hay algo más en lo que pueda ayudarte?