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Cocido Madrileño: Un Festín Tradicional de la Capital

El cocido madrileño es mucho más que un simple guiso; es una experiencia culinaria, un ritual que se disfruta en tres vuelcos y que evoca la tradición y el sabor de la cocina casera madrileña. Este plato robusto y reconfortante, perfecto para los días fríos, es un símbolo de la capital española y una muestra de su rica herencia gastronómica.

Preparar un cocido madrileño auténtico requiere tiempo y paciencia, pero el resultado es un festín inolvidable que recompensa cada minuto de dedicación. Aquí te presento una receta tradicional para disfrutar de esta maravilla culinaria:

Ingredientes (para 6-8 personas):

  • Carnes:
    • 500 g de morcillo de ternera
    • 250 g de gallina (muslo o contramuslo)
    • 1 hueso de jamón (preferiblemente añejo)
    • 1 trozo de tocino de cerdo ibérico (unos 150 g)
    • 1 chorizo de Cantimpalos (unos 150 g)
    • 1 morcilla de cebolla (unos 150 g)
    • 2 huesos de rodilla de ternera
  • Legumbres:
    • 500 g de garbanzos (remojados en agua tibia con sal la noche anterior)
  • Verduras:
    • 1 repollo mediano
    • 2 zanahorias grandes
    • 2 nabos medianos
    • 2 patatas medianas
    • 1 cebolla grande
    • Unas ramas de perejil fresco
  • Fideos:
    • Unos 150-200 g de fideos finos (cabello de ángel)
  • Otros:
    • Agua
    • Sal

Preparación:

  1. Remojo de los garbanzos: La noche anterior, coloca los garbanzos en un recipiente grande y cúbrelos con agua tibia abundante y una cucharada de sal. Esto ayudará a ablandarlos y reducir el tiempo de cocción.
  2. Preparación de la olla: En una olla grande (tradicionalmente se usa una olla de barro), coloca las carnes más duras: el morcillo, la gallina, el hueso de jamón (bien lavado), el tocino y los huesos de rodilla. Cubre con abundante agua fría. Lleva a ebullición a fuego medio-alto y luego reduce a fuego lento. Retira la espuma que vaya apareciendo en la superficie con una espumadera.
  3. Incorporación de los garbanzos: Escurre los garbanzos remojados y colócalos en una malla o red de cocción para que no se deshagan durante la cocción. Introduce la malla con los garbanzos en la olla. Si no tienes malla, puedes añadirlos directamente, pero ten cuidado de no remover demasiado al final.
  4. Añadir las verduras: Pela la cebolla y añádela entera a la olla. Pela y trocea las zanahorias y los nabos en trozos grandes y añádelos también. Ata las ramas de perejil juntas e incorpóralas a la olla. Sazona con sal al gusto.
  5. Cocción lenta: Cocina a fuego lento durante al menos 2-3 horas, o hasta que las carnes estén muy tiernas. Vigila el nivel del agua y añade más si es necesario para que todos los ingredientes estén cubiertos.
  6. Preparación de las verduras finales: Aproximadamente una hora antes de terminar la cocción, lava y corta el repollo en trozos grandes. Pela y trocea las patatas en trozos también grandes. Añade el repollo y las patatas a la olla.
  7. Incorporación de los embutidos: Unos 20-30 minutos antes de servir, añade el chorizo y la morcilla enteros a la olla. Estos se cocinan más rápido y así mantienen su sabor característico.
  8. El primer vuelco: la sopa: Una vez que el cocido esté listo, retira con cuidado las carnes, las verduras y los garbanzos de la olla. Cuela el caldo resultante y ponlo a hervir en otra olla. Añade los fideos finos y cuécelos hasta que estén al dente. Este es el primer vuelco del cocido: la sopa de fideos, rica y sabrosa.
  9. El segundo vuelco: las verduras y los garbanzos: Sirve en otra fuente las verduras (repollo, zanahorias, nabos y patatas) junto con los garbanzos. Este es el segundo vuelco, nutritivo y reconfortante.
  10. El tercer vuelco: las carnes y los embutidos: Finalmente, presenta en una fuente aparte las carnes (morcillo, gallina, tocino) y los embutidos (chorizo y morcilla) cortados en trozos. Este es el tercer y contundente vuelco del cocido.

El cocido madrileño se suele acompañar de pan y, opcionalmente, de una salsa de tomate casera o piparras en vinagre para darle un toque picante. Cada comensal puede disfrutar de los tres vuelcos por separado, saboreando cada ingrediente y el caldo rico y lleno de sabor. ¡Buen provecho!

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