Poleá Andaluza: Un Dulce Humilde con Sabor a Tradición
La poleá es un postre humilde y tradicional de Andalucía, elaborado a base de harina, leche, azúcar y matalahúva (anís en grano). Su textura suave y cremosa, junto con su sabor ligeramente anisado y dulce, evoca los postres caseros de antaño. Es un plato sencillo de preparar, perfecto para disfrutar en cualquier época del año y que reconforta el alma con su sabor familiar. Esta receta te guiará para preparar una poleá andaluza auténtica y deliciosa.

Rinde: 4-6 porciones
Tiempo de preparación: 5 minutos
Tiempo de cocción: 15-20 minutos
Ingredientes:
- 1 litro de leche entera
- 100 gramos de harina de trigo
- 100 gramos de azúcar (o al gusto)
- 1 cucharadita de matalahúva (anís en grano)
- La piel de 1 limón (solo la parte amarilla, sin la parte blanca amarga)
- Canela molida para espolvorear
- Unas gotas de aceite de oliva virgen extra (opcional, para la presentación)
Instrucciones:
* Infusiona la leche: En una olla mediana, vierte la leche junto con la piel de limón y la matalahúva. Calienta a fuego medio hasta que la leche empiece a hervir. Retira del fuego, tapa y deja infusionar durante unos 10-15 minutos para que la leche absorba los aromas de la matalahúva y el limón.
* Prepara la harina: Mientras la leche se infusiona, disuelve la harina de trigo en un vaso con un poco de leche fría (aproximadamente medio vaso). Remueve bien con un tenedor o unas varillas hasta que no queden grumos y la mezcla esté homogénea. Esto evitará que se formen grumos al añadir la harina a la leche caliente.
* Cuela la leche: Retira la piel de limón y la matalahúva de la leche infusionada. Puedes utilizar un colador para asegurarte de que no queden restos de la matalahúva. Vuelve a poner la leche colada en la olla y calienta a fuego bajo.
* Añade la harina disuelta: Vierte la mezcla de harina y leche fría en la olla con la leche caliente, poco a poco y sin dejar de remover con una cuchara de madera o unas varillas. Remueve constantemente para evitar que se formen grumos y para que la poleá quede suave y homogénea.
* Endulza y cocina: Añade el azúcar a la olla y continúa removiendo a fuego bajo durante unos 5-10 minutos, o hasta que la poleá espese y adquiera una consistencia cremosa, similar a unas natillas espesas. Notarás que la mezcla se vuelve más densa y cubre la cuchara. Prueba y ajusta el nivel de dulzor si lo deseas.
* Sirve caliente: Vierte la poleá caliente en cuencos individuales o en una fuente grande. Deja enfriar ligeramente a temperatura ambiente.
* Decora: Espolvorea generosamente la superficie de la poleá con canela molida. Tradicionalmente, también se le añade un chorrito de aceite de oliva virgen extra por encima justo antes de servir, lo que le aporta un toque de sabor y brillo característico.
* Disfruta: Sirve la poleá tibia o fría. Es un postre sencillo pero muy reconfortante, perfecto para disfrutar en cualquier momento.
¡Buen provecho! La poleá andaluza es un dulce humilde que te transportará a los sabores auténticos de la cocina tradicional del sur de España. Su sencillez es su mayor encanto.