La Tortilla de Patatas: Un Icono de la Cocina Española

Ingredientes y cantidades aproximadas para una tortilla de patatas auténtica para unas 4-6 personas.
En el corazón de la gastronomía española, humilde pero majestuosa, se alza la tortilla de patatas. Más que un simple plato, es un símbolo de tradición, de reuniones familiares y de la rica diversidad culinaria de España. Su sencillez aparente esconde secretos y técnicas transmitidas de generación en generación, convirtiéndola en un verdadero arte.
Los ingredientes básicos son pocos pero cruciales, y la calidad de cada uno de ellos es fundamental para lograr una tortilla auténtica y deliciosa. Aquí tienes las cantidades aproximadas:
Ingredientes:
- Patatas: 800 g – 1 kg (preferiblemente una variedad como la patata agria o Kennebec, aptas para freír)
- Huevos: 6 – 8 unidades (tamaño L)
- Cebolla: 1 unidad grande (opcional, pero muy recomendable para la versión tradicional)
- Aceite de Oliva Virgen Extra: Aproximadamente 250-300 ml para confitar las patatas, y un poco más para la sartén.
- Sal: Al gusto
La preparación comienza con la cocción lenta y mimada de las patatas. Se pelan, se cortan en rodajas no demasiado gruesas (aproximadamente 3-4 mm) y se confitan en abundante aceite de oliva a fuego bajo. Este proceso, que difiere del freír, permite que las patatas se ablanden sin dorarse en exceso, adquiriendo una textura tierna y un sabor dulce característico.
Si optas por la versión con cebolla, pélala y córtala en juliana fina. Añádela al aceite junto con las patatas, sofriéndola suavemente hasta que esté transparente y ligeramente caramelizada. Esto aportará un dulzor y aroma inigualables a la tortilla.
Mientras las patatas y la cebolla se confitan (aproximadamente 20-30 minutos, dependiendo del grosor de las patatas y la intensidad del fuego), los huevos se baten en un cuenco grande. La clave está en no batirlos en exceso, solo lo justo para integrar las yemas y las claras, evitando así que la tortilla quede gomosa. Una pizca de sal es suficiente para realzar los sabores.
Una vez que las patatas y la cebolla están tiernas y ligeramente doradas, se escurren bien del aceite con una espumadera, dejándolas en un colador para eliminar el exceso de aceite. Este paso es importante para evitar que la tortilla quede aceitosa. Se incorporan las patatas (y la cebolla) calientes al cuenco con los huevos batidos, mezclando suavemente para que se impregnen bien. Algunos puristas dejan reposar esta mezcla unos minutos, permitiendo que los sabores se fusionen.
El momento crucial llega con la cocción en la sartén. Tradicionalmente, se utiliza una sartén antiadherente de unos 20-24 cm de diámetro. Se calienta una cucharada del aceite reservado (o aceite nuevo si se prefiere) a fuego medio. Se vierte la mezcla de huevo y patata en la sartén caliente.
Aquí es donde la habilidad del cocinero se hace evidente. Se cocina a fuego medio, moviendo suavemente la sartén para que la tortilla no se pegue y el calor se distribuya de manera uniforme. El punto de cocción del interior es una cuestión de gusto personal: más o menos jugoso. Para muchos, el corazón de la tortilla debe quedar ligeramente líquido, ofreciendo una textura cremosa y deliciosa.
El famoso «volteo» es la maniobra que requiere práctica y confianza. Con un plato llano, se cubre la sartén y se gira con decisión para que la tortilla caiga en el plato. Luego, se desliza cuidadosamente de nuevo a la sartén para cocinar el otro lado, dándole la forma redondeada característica.
El tiempo de cocción del segundo lado es mucho más breve, solo lo suficiente para sellar el exterior y mantener el interior jugoso. Una vez lista, se desliza la tortilla a un plato y se deja templar ligeramente antes de servir.
La tortilla de patatas es versátil. Se disfruta caliente, tibia o fría. Es perfecta como tapa, como plato principal acompañada de una ensalada, o incluso en un bocadillo. Cada región de España tiene sus propias variaciones y orgullos, pero la esencia de la auténtica tortilla de patatas perdura: la sencillez elevada a la excelencia culinaria. Prepararla es un acto de amor, y degustarla, un verdadero placer. ¡Buen provecho!