Más Allá del Puchero: Sabores del Potaje de Vigilia en una Crema Reconfortante
El potaje de vigilia, con su humilde pero sabrosa combinación de garbanzos, bacalao y espinacas, es un clásico reconfortante de la cocina española, especialmente durante la Cuaresma. Sin embargo, estos ingredientes versátiles pueden trascender el plato de cuchara tradicional y transformarse en una crema suave y aterciopelada, perfecta para una entrada nutritiva y llena de sabor con un toque moderno.

Ingredientes:
- 250 gramos de garbanzos secos (remojados la noche anterior)
- 200 gramos de bacalao desalado (previamente desalado durante al menos 24 horas, con varios cambios de agua)
- 200 gramos de espinacas frescas
- 1 cebolla pequeña
- 2 dientes de ajo
- 1 zanahoria pequeña (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimentón dulce
- Pimentón picante (opcional)
- Caldo de verduras o leche (aproximadamente 500 ml – 750 ml)
- 1 hoja de laurel
- Sal y pimienta al gusto
- Huevos cocidos (1 por persona, para servir opcionalmente)
- Pan para costrones (opcional)
Para la decoración (opcional): - Hojas de espinaca fresca
- Garbanzos cocidos enteros
- Láminas finas de zanahoria salteada
- Un hilo de aceite de oliva virgen extra
Notas Sobre los Ingredientes:
- Puedes utilizar garbanzos ya cocidos de bote para ahorrar tiempo, pero el sabor puede variar ligeramente.
- Asegúrate de desalar bien el bacalao para evitar un plato demasiado salado.
- La cantidad de caldo puede variar según la consistencia que desees para la crema.
- El pimentón picante es opcional, para darle un toque de alegría al plato.
Preparación:
- Esta reinterpretación del potaje de vigilia comienza con la preparación individual de sus protagonistas. Los garbanzos, previamente remojados y cocidos hasta estar tiernos, se convierten en la base cremosa de nuestra elaboración. Una parte de ellos se tritura finamente con un poco del caldo de cocción hasta obtener una textura sedosa, mientras que otra parte se reserva entera para aportar un contraste de textura al final.
El Bacalao
- El bacalao desalado, ingrediente estrella, se puede cocinar de diversas maneras para integrarlo en la crema. Una opción es escalfarlo suavemente en leche o caldo de verduras, lo que le confiere una textura delicada y un sabor sutil que se fusiona perfectamente con la crema de garbanzos.
- Otra alternativa es desmenuzarlo finamente y saltearlo brevemente con un poco de ajo y aceite de oliva, añadiendo un toque más intenso y aromático.
Las Espinacas y la Crema:
- Las espinacas frescas, símbolo de verdor y nutrientes, se pueden cocinar al vapor o saltear ligeramente hasta que estén tiernas.
- Una parte se triturará junto con los garbanzos para intensificar el color verde de la crema, mientras que unas hojas enteras o ligeramente picadas servirán como guarnición, aportando frescura visual y un ligero contraste de textura.
- Para construir la crema, el puré de garbanzos se calienta suavemente, añadiendo gradualmente más caldo hasta obtener la consistencia deseada: una crema espesa pero fluida. Se sazona al gusto con sal, pimienta y una pizca de pimentón dulce, recordando el sabor tradicional del potaje. Un toque de ajo confitado o en polvo puede intensificar el aroma.
Momento de Servir:
- En el momento de servir, se distribuye la crema caliente en cuencos individuales. Sobre cada porción, se disponen los trozos de bacalao escalfado o salteado, los garbanzos enteros reservados y unas hojas de espinaca fresca o ligeramente salteada. Un hilo de aceite de oliva virgen extra de calidad no solo añade un toque de sabor, sino que también realza la presentación del plato.
Opcionalmente, se pueden añadir otros elementos que evocan el potaje tradicional pero aportan un toque innovador. Unos pequeños costrones de pan frito pueden simular el crujiente del pan que a menudo acompaña al potaje. Un huevo cocido picado finamente puede espolvorearse por encima, recordando la riqueza nutritiva del plato original. Incluso unas láminas finas de zanahoria salteada pueden aportar un contraste de color y sabor.
Esta crema de garbanzos con bacalao y espinacas es una forma elegante y reconfortante de disfrutar los sabores clásicos del potaje de vigilia en una presentación diferente. Es un plato nutritivo, lleno de sabor y perfecto para una comida ligera pero sustanciosa, demostrando la versatilidad de los ingredientes tradicionales y la capacidad de la cocina para reinventarse sin perder su esencia. ¡Que la disfrutes!
¡Espero que disfrutes preparando esta deliciosa crema!